#PeriódicoGrijalva | Redacción
Instigado además, muy probablemente, por el débil argumento (narcogobierno) de la oposición mexicana, esgrimido sin éxito en el proceso electoral del 2024 donde Claudia Sheinbaum Pardo literalmente los barrió en una proporción de 2 a 1, Donald John Trump, el terco de nuevo inquilino de la Casa Blanca, lanzó un “uppercut” de derecha con un remate cruzado de izquierda, en un rudo intento de poner contra las cuerdas a la presidenta de México para que no objetara ante la orden ejecutiva que nos impone aranceles del 25 por ciento, firmada por el magnate el fin de semana.
Uppercut de derecha.- El presidente norteamericano firmó el sábado una orden ejecutiva que impone aranceles de 25 por ciento a los productos mexicanos que lleguen a aquel país y que entrará en vigor el martes.
El remate cruzado de izquierda.- Los cárteles mexicanos del narcotráfico “tienen una alianza intolerable con el gobierno de México”, que pone en riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos, volvió a arremeter Trump.
Sin embargo, el periódico capitalino La Jornada, uno de los más influyentes defensores del movimiento de transformación nacional, tituló el domingo que, con una nota periodística sobre (Genaro) García Luna, la Casa Blanca diseñó, a modo y conveniencia, la arremetida justificatoria para el cobro abusivo de aranceles a nuestro país.
“La Casa Blanca ofreció como prueba de la presunta relación entre las organizaciones del narcotráfico con el gobierno de México una nota periodística de la agencia Associated Press sobre el mexicano Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública, quien fue sentenciado en Estados Unidos a 38 años de prisión por aceptar sobornos de estos grupos.
“La nota fue publicada el 16 de octubre del 2024 y en ella se expone que un jurado de Nueva York encontró culpable a García Luna por aceptar millones de dólares en sobornos para proteger al cartel de Sinaloa, al que supuestamente estaba combatiendo”, refiere la publicación que presenta como imagen de sus dichos un extracto de la nota periodística de referencia.
Supuesta inacción ante crimen organizado, razón para firmar medida arancelaria, según Trump:
West Palm Beach. Los cárteles mexicanos del narcotráfico “tienen una alianza intolerable con el gobierno de México”, que pone en riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos, argumentó el presidente Donald Trump al firmar este sábado una orden ejecutiva que impone aranceles de 25 por ciento a los productos mexicanos que lleguen a aquel país y que entrará en vigor el martes.
El gobierno estadunidense también impuso tasas de 25 por ciento a artículos de Canadá, excepto a los energéticos, a los que aplicará una tarifa de 10 por ciento, así como 10 por ciento a las importaciones que realice de China.
La orden ejecutiva –una suerte de decreto– firmada por Trump invoca la “emergencia nacional” causada, aseguró, por el flujo de migrantes que cruzan la frontera con México, así como el aumento en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, para imponer impuestos extras a productos mexicanos.
Trump se anticipa y en el documento –que firmó después de jugar golf en su propiedad de Mar-a-Lago, Florida– enuncia que activará un mecanismo para elevar todavía más las tarifas en caso de que México responda con medidas arancelarias. (La tarde del sábado, la presidenta Claudia Sheinbaum efectivamente anunció que impondrá cuotas a las exportaciones de Estados Unidos, sin entrar en detalles).
“Las organizaciones mexicanas de tráfico de drogas tienen una alianza intolerable con el gobierno de México. Esta alianza pone en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos, y debemos erradicar la influencia de estos peligrosos cárteles del entorno bilateral. El gobierno de México ha proporcionado refugios seguros a los cárteles para que se dediquen a la fabricación y el transporte de drogas ilícitas, que en conjunto han provocado la muerte por sobredosis de cientos de miles de víctimas estadunidenses”, según el documento que formaliza los aranceles.
Agrega: “Esta falta de acción del gobierno de México constituye una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional, la política exterior y la economía de Estados Unidos, originada en gran parte fuera del país”.
Argumentó que el flujo constante de “inmigrantes ilegales”, opioides y otras drogas ilícitas tiene profundas consecuencias para su país, ya que pone vidas en peligro y ejerce gran presión sobre el sistema de atención a la salud, los servicios públicos, las comunidades y las escuelas.
Son desafíos que, añadió, “amenazan el tejido social de nuestra sociedad”. Miembros de pandillas, contrabandistas, traficantes de personas y drogas ilícitas de todo tipo han cruzado nuestras fronteras y se han infiltrado en nuestras comunidades. México ha desempeñado un papel central en estos desafíos, entre otras cosas al no dedicar suficiente atención y recursos para frenar de manera significativa la ola de migración ilegal y drogas ilícitas”, aseveró.
Los cárteles mexicanos también están implicados en operaciones de tráfico y trata de personas, lo que –según Trump– permite la migración ilegal de millones de seres por las fronteras de su país.
“Estas operaciones a menudo están vinculadas al crimen organizado y crean vías para que las actividades de los cárteles se expandan a Estados Unidos. Además, los criminales violentos originarios de América Central y del Sur transitan fácilmente hacia México y por ese país hacia Estados Unidos, donde causan daños irreparables a nuestros ciudadanos”.
El mandatario sostuvo que las organizaciones mexicanas son las principales traficantes de fentanilo, metanfetamina, cocaína y otras drogas ilícitas, y cultivan, procesan y distribuyen cantidades masivas de estupefacientes que alimentan la adicción y la violencia en comunidades de todo Estados Unidos.
En la orden ejecutiva agregó que estas organizaciones “colaboran y conspiran con cárteles trasnacionales y otros socios globales para contrabandear drogas a Estados Unidos, utilizando pistas de aterrizaje clandestinas, rutas marítimas, túneles, corredores terrestres y correos humanos voluntarios e involuntarios”.
Fuente: La Jornada
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