-Del editor-

Y vio Dios que todo cuanto había hecho hasta el quinto día de la creación (viernes por cierto) era bueno.

Entonces dijo Dios (según Génesis 1: 25-26): Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra…

E ipso facto fue Dios un dechado de congruencia sobre el firmamento. Con barro esculpió al primer hombre (Adán), dándole el soplo de la vida y tras de ello los dones para sobrevivir en la tierra por los siglos de los siglos.

No conforme con el legado de identidad, quiso Dios dotar al hombre con el símbolo sagrado de la palabra, libertad creadora que ordenó a Moisés labrar en dos tablas de piedra Diez Mandamientos luego de que éste, molesto porque su pueblo había abandonado su fe, destruyó las que el propio Dios había escrito.

Desde entonces, por encargo divino, al hombre se le ha ido en escribir, escribir y escribir su propia historia porque, desde el primer soplo de vida, en el hombre todo es historia.

De modo que escribir es liberarse, comprometerse con el ejercicio más sublime: liberar a través de la palabra, como se concibe en la Creación de Dios.

Y esa creación divina es, precisamente, lo que nos inspira y nos impulsa para hacer -en periodismo- nuestra propia creación: periódico Grijalva, agua de Tabasco, un esfuerzo editorial web nativo (Sistema de Medios Alternativos, SISMA) que hemos venido poniendo a tu alcance, incluso con nuestras primeras ediciones impresas, a partir de aquel martes 15 de febrero del 2011.