Jolgorio morenista con color y triunfalismo priista; el otro López vino y unió, pero a los dinos más emblemáticos del jurásico tricolor en su entorno más cercano
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Pasión primorosa
#PeriódicoGrijalva | Redacción
Andrés Madrigal Hernández cambió de camisa, dejó la tricolor que tantos triunfos le dio. Para la inauguración del puente Quintín Arauz llegó muy temprano con la camisa morada como uno de los coordinadores de los contingentes de apoyo al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
-¡Cómo han cambiado los años! -lo saludó un joven fundador del movimiento obradorista que fue golpeado por evitar el desalojo de varios vecinos de una colonia irregular.
Madrigal Hernández estuvo del otro lado de la lucha obradorista. Con Joel Arronis, la Abeja Africana, integró un grupo para contener el avance contra la corrupción y el autoritarismo. Cobraban por asesoría en casi todos los ayuntamientos priistas.
Como coordinador del entonces Instituto Nacional Indígena cerró en septiembre de 1989, la estación radiofónica XENAC, La Voz de los Chontales. En el clímax del poder fue presidente municipal de Jalpa de Méndez, y responsable de la capacitación priista estatal. Fue el ideólogo tricolor.
Este lunes distribuyó muy temprano la propaganda en paredes, alambradas: Que siga López estamos Agusto, en la carretera angosta de 24 kilómetros que va de Frontera a Quintín Arauz, comunidad yokot’an.
Para las 9 de la mañana, los lados de los tramos cercanos al cabezal del puente, al lado del embarcadero, ya estaban ocupados por vehículos particulares, oficiales, y autobuses. Dos horas después el bloqueo vehicular ocupaba casi los cinco kilómetros. Algunos alcaldes y funcionarios alquilaron lanchas para cumplir con la cita en los toldos colocados en la margen de Quintín Arauz.
-¡Muchos del régimen priista de represión al movimiento obradorista! ¡Allá va el grupo gerber, vivir fuera del presupuesto es un error! -comentaron desde el puente-. Todos coloraditos y otros papujos.
En el toldo más cercano al puente, el avance de la democracia ya no colocó a los funcionarios adelante y al pueblo atrás. Esta vez, los vecinos de Quintín Arauz fueron colocados a la izquierda del frente del presídium, frente al micrófono, y los funcionarios, empresarios, diputados -los fifis, dijeron en la terminología obradorista- fueron ubicados a la derecha.
Los saludos, abrazos, fotografías fueron del lado de las camisas claras. Enfrente los vecinos miraban y reían.
Los que no se movieron de su sitio y casi pasaron inadvertidos fueron: el secretario general de Morena, Joaquín Baños Jiménez, y la secretaria de Organización, Nidia Naranjo Cobián. Quietecitos estuvieron como si no estuvieran. En cambio, detrás de ellos, Arcadio León Estrada, con un jahuácte a modo de báculo, fue el más recurrido.
Por dos ocasiones, el aspirante a gobernador, Jaime Lastra Bastar, fue hasta su lugar para platicar; también, el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Enrique Priego Oropeza, y el presidente del Congreso, Emilio Contreras Martínez de Escobar, y el presidente del Consejo estatal morenista, Raúl Ojeda.
Adelante, frente al presídium, se formaron dos grupos: uno, el de Ojeda Zubieta con Tey Mollinedo, el otro, el más numeroso, alrededor de Jaime Lastra.
Para las 13 horas con 15 minutos ya han llegado diputados federales, diputados locales y los alcaldes. La brisa ribereña refrescaba el ambiente. A las 14 horas, Adán Augusto López Hernández fue recibido con la jícara de pozol y la Danza del Caballito.
Luego de la explicación técnica, de los 852 metros de longitud del puente, del costo de 530 millones 600 mil pesos, que beneficia a 20 comunidades, del reconocimiento al empresario, Ignacio Rubio Hidalgo, participó el delegado municipal de Quintín Arauz, Víctor Magaña Hernández, de Nueva Esperanza.
Cuando los delegados municipales regresaron del micrófono, en el que agradecieron la construcción de la obra, regresaron a sus lugares, el exgobernador López Hernández los llamó para tomarse la fotografía con ellos con el abrazo estilo Andrade a Víctor Magaña.
Aprovechó la estatura y de atrás, Adán López le cruzó el brazo derecho por delante al delegado de Quintín Arauz, por unos segundos, suficientes para la fotografía.
-Apóyenlos -pidió-. Ahora los nombra el presidente municipal con la Ley que reformé, porque antes era botín de los partidos políticos.
Continuó en el micrófono, el anfitrión Carlos Merino Campos, quien inició su intervención con el ‘a gusto’: Estamos a gusto y muy contentos con el presidente Andrés Manuel el anfitrión…
“Nuestros López se mantienen en la lucha diaria por las causas más justas de los mexicanos, sinceramente, y ustedes no me dejarán mentir, estamos a gusto con el trabajo de transformación que realizan nuestros paisanos”, jugó con las frases, aunque no levantó el ánimo esperado.
En cambio, cuando Adán Augusto López Hernández anunció la construcción del hospital, la galería fifí coreó: ¡Presidente! ¡Presidente! ¡Presidente!
El ala de la izquierda, primero miró de reojo a sus vecinos y, después se sumaron algunas voces.
‘No me encampanen, no me encampanen, porque si la encuesta marcha ¿qué voy hacer?’, respondió, emocionado, Adán Augusto López Hernández y siguió con su discurso.
El regreso fue a pie entre los vehículos amontonados. Como en las primeras marchas obradoristas, aunque el presidente del Consejo Estatal morenista Ojeda Zubieta caminó como invitado, a paso largo, no como organizador.
Fuente: Reporte Maya
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Una crónica del periodista
Samuel L. Soto Giles
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